El concurso fue ganado por Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti. La idea brillante era la de Filippo, pero Ghiberti era un arquitecto muy conocido en la ciudad y si lo dejaban fuera iba a ser problemático. De esta forma trabajaron juntos pero Lorenzo no tenía conocimientos de ingeniería y se estaba quedando con el crédito de la idea de Filippo. Este, molesto, aparenta una enfermedad para que Ghiberti deba de renunciar. En la obra se encontraba la maqueta pero Ghiberti no sabía como era y tuvieron que parar la construcción porque no sabía indicar a los obreros como seguir. Al final Ghiberti abandona la obra y vuelve Brunelleschi contento de no tener que compartir su idea y créditos.
Ruth Martínez García.
Es una auténtica maravilla. Por algo se llaman las puertas del paraiso (según Miguel Ángel).
ResponderEliminarOs recomiendo, para la próxima semana, que incluyáis una imagen o varias de estas puertas, para que las podamos ver bien.
Muy bien Ruth.
¿y las imágenes de las puertas?
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