15 de enero de 2011

-Desarrollo.

Históricamente, el Renacimiento fue contemporáneo de la era de los Descubrimientos y  conquistas ultramarinas, la cuál marca el comienzo de la expansión mundial de la cultura europea, con los viajes portugueses y el descubrimiento de América por parte de los españoles que rompe la concepción teocéntrica. El fenómeno renacentista comienza en el siglo XIV, pero lo cierto es que se trata de un proceso que hunde sus raíces en la Alta Edad Media y va tomando forma gradualmente.
El artista tomó conciencia de individuo con valor y personalidad propios. Comenzó a estudiar los modelos de la antigüedad clásica a la vez que investigaba nuevas técnicas como clarooscuro. Se desarrollaron las formas de representar la perspectiva y el mundo natural con fidelidad. El prototipo de esta nueva actitud es Leonardo da Vinci, quien dominó distintas ramas del saber, pero también Miguel Ángel Buonarroti, Rafael Sanzio, Sandro Botticelli y Bramante fueron artistas conmovidos por la imagen de la Antigüedad y preocupados por desarrollar nuevas técnicas escultóricas, pictóricas y arquitectónicas, así como por la música, la poesía y la nueva sensibilidad humanística. 
La segunda fase del Renacimiento (siglo XVI), se caracterizó por la hegemonía artística de Roma, cuyos Papas (Julio II, León X, Clemente VII y Pablo III) apoyaron efuesivamente el desarrollo de las artes, así como la investigación de la Antigüedad Clásica. Sin embargo, con las guerras de Italia muchos de estos artistas, o sus seguidores, emigraron y profundizaron la propagación de los principios renacentistas por toda Europa Occidental.
Durante la segunda mitad del siglo XVI empezó la decadencia del Renacimiento, que cayó en un rígido formalismo, y tras el Manierismo dejó paso al Barroco.

Carla Casimiro Vera.

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